“¡Una bolsa de golosinas!” repite Andrea, de 7 años, desde que ha llegado a la fila en el Centro de Día. “Siempre vengo sola a recoger la bolsa de alimentos, pero desde que se enteró que por ser Navidad habría una bolsita con dulces, no hay quien la deje en casa” comenta Thalía su madre.

Desde que comenzara la pandemia, Ecuador se ha convertido en uno de los países más golpeados en el continente americano. 1.8 millones de niñas, niños y adolescentes caerán en pobreza extrema multidimensional al finalizar el año según Unicef en su informe El choque COVID-19 en la pobreza, desigualdad y clases sociales en el Ecuador (octubre 2020).

La gran mayoría de las 130 familias del Centro de Día Meridional Quito (Ecuador) se han quedado sin trabajo, sin ingresos y sin alimentos. Ante la necesidad urgente de ayudarlas surge el proyecto Alimentos para todos, que la Fundación Meridional y la Fundación Aldec desarrollan conjuntamente y que se mantendrá mientras dure esta situación de emergencia.

“En 11 meses hemos asistido a más 8.500 personas, pues las familias son de 5, 6 y hasta 7 personas. Además, apoyamos a todo aquél que llega al Centro y solicita nuestra ayuda, de ahí el nombre de Alimentos para todos” comenta Helena Najas, presidenta de la Fundación Aldec y directora del Centro de Día Meridional.

Cada semana, las familias acuden al Centro por turnos para evitar aglomeraciones, se les da una mascarilla, gel hidroalcohólico y acceden a la cancha deportiva. Allí uno de los voluntarios les entrega una bolsa con arroz, azúcar, aceite, fréjol, avena, sal, margarina, leche, chocolate, lentejas y productos de higiene y limpieza.

El proyecto también incluye acciones dentro la comunidad, como la entrega diaria de 500 panes horneados en la panadería del Centro Meridional, la comida de arroz con pollo que se repartió en Navidad, y la campaña de entrega de ropa para niños, sábanas y mantas en enero de este año.

A pesar de que desde febrero no se puede realizar la actividad presencial con los menores, el Centro de Día Meridional Quito ha podido continuar con su labor educativa y con la atención psicológica, pero de forma virtual. Han sido meses de mucho esfuerzo, de problemas de conectividad, de falta de herramientas tecnológicas…, pero gracias a la gran labor de los educadores y de las psicólogas se han realizado sesiones de refuerzo a través de la plataforma zoom y se ha atendido su estado emocional 3 días por semana.

La Fundación Meridional  mantiene y refuerza su compromiso de estar junto a los más vulnerables y velar por su bienestar.